domingo, 25 de mayo de 2008

4º relato de cuentacuentos

“La ultima vez que se vieron eran todavía adolescentes.” Eran amigos inseparables, pero solo eso, amigos. No habían pasado muchos años, pero si los suficientes para que los dos se convirtieran en adultos.

El destino quiso que se volvieran a conocer en un foro de libros, sin que ninguno de los dos se imaginara que la persona que estaba al otro lado de la pantalla era esa persona con la que habían perdido el contacto hace ya algunos años. En el foro compartieron sus opiniones sobre diferentes libros y escritores, y como se cayeron bien se intercambiaron los correos electrónicos para seguir en contacto más directamente.

Con el tiempo los dos trabaron una buena amistad a través de la red sin preocuparse de quien era la otra persona, hasta que los dos se dieron cuenta de que ansiaban recibir correo del otro, y fue entonces cuando decidieron quedar y conocerse en persona.

Quedaron de encontrarse en un Café cercano a la estación de trenes de la ciudad ese viernes noche. Celine llevaría un ejemplar de “Desde mi cielo” uno de sus libros favoritos para que Daniel pudiera reconocerla.

Los dos estaban muy nerviosos deseando que llevara la hora de la cita y conocerse en persona. Cuando por fin llegó la hora Celine llego al café con el libro en la mano y se sentó en una mesa al fondo de la cafetería, pidió un café con leche y se dispuso a esperar mientras leía el libro.

Daniel entró por la puerta y se dirigió a la mesa donde Celine estaba concentrada en su libro, y sin saber muy bien que hacer dijo lo primero que se le ocurrió.

- ¡Hola!- dijo Daniel.

Cuando Celine levantó la cabeza para ver quien la había saludado y se vieron a los ojos los dos se quedaron de piedra. Ninguno de los dos se lo podía creer, conocían a la persona que tenían en frente. Hacía tanto tiempo que no se veían… pero aún así los dos se habían reconocido y ninguno sabía que decir…

-¡Eres tú…!- exclamó Celine poniéndose de pié poco a poco dejando el libro sobre la mesa.

-Sí, y tu eres… hacía tanto tiempo que no nos veíamos…-dijo Daniel todavía sorprendido.

- Sí, mucho tiempo, tantas veces que me pregunté que sería de ti… y en cambio vivíamos tan cerca el uno del otro…sin saber nada…- Exclamó Celine

-Si, pero ahora estamos los dos aquí, el destino quiso que nos reencontremos.-Dijo Daniel sentándose en la silla de al lado de donde estaba Celine sentada.

Celine se sentó todavía sorprendida otra vez en la silla y sin saber que hacer a causa de los nervio así que cogió el libro con fuerza entre sus manos. Los dos comenzaron a hablar sobre su vida y contarle al otro los últimos eventos ocurridos a cada uno. Se dieron cuenta de la hora cuando uno de los camareros se acercó a ellos para pedirles por favor si podían abandonar el local que estaban cerrando, ellos sorprendidos por la hora se abandonaron la cafetería y fueron a pasear por la ciudad para seguir hablando.

Y así hablando y paseando se les hizo de día sin que ninguno de los dos se diera cuenta hasta que escucharon la campanas de la iglesia llamando a misa a los feligreses.

Cuando se separaron esa mañana y cada uno fue a su casa ambos se dieron cuenta de que un sentimiento había nacido entre ellos, un sentimiento que no podían negar, al que le tenían que hacer caso si querían ser felices… pero el miedo podía con ellos y ninguno de los dos sabía si sería correspondido.

Esa noche habían quedado para cenar juntos y Celine quería decirle a Daniel lo que ella sentía por el, aunque estaba muerta de miedo de ser rechazada, ahora que había encontrado de nuevo a su amigo no quería volver a perderlo por confesarle sus sentimientos, no sabía que hacer, no sabía si se lo iba a decir.

Daniel invitó a Celine a cenar a un restaurante de comida China, ya que sabía que era la favorita de Celine, hablaron durante horas de cine, libros, sobre anécdotas ocurridas, pero ninguno de los dos se animó a decirle al otro lo que sentía por miedo a ser rechazado y perder esa amistad recién recuperada.

Como a esta pareja a veces el miedo a perder algo importante para nosotros nos frena para conseguir la felicidad ansiada por todos. Yo por mi parte intentaré enfrentarme a ese miedo para conseguir mi felicidad y espero que todos lo consigan.

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