viernes, 23 de mayo de 2008

1º relato de cuentacuentos

"Supo que había sentido miedo cuando miró hacia atrás sin que ninguna causa lo justificara."

No obstante no podía evitar sentir un frío helado que recorría todo su cuerpo haciéndola temblar como una niña pequeña sola en una habitación oscura. No sabía que hacer, Quería salir corriendo pero su cuerpo no le respondía… sentía que no estaba sola, que en aquel callejón oscuro había alguien más observándola, acechándola… pero sintió también con ella a alguien que la protegía y le susurraba al oído de un forma suave inspirándole tranquilidad y protección… Yakie sonrió y echó a andar despacio y tranquila hacia su casa.

Desde hacía tiempo Yakie soñaba cada día y cada instante con ese día fatal en el que sonó el teléfono y su padre, que con la voz entrecortada a causa del disgusto, le informó de la horrorosa muerte que sufrió su madre cuando regresaba del trabajo, en su mente veía el cuerpo de su madre descuartizado en aquella oscura calle, y en su corazón sentía el mismo dolor que sintió el día que perdió a la persona más preciada para ella. También sentía miedo de que el asesino de su madre ahora también fuera a por ella.

Yakie sabía quien había sido el responsable de aquel terrorífico asesinato… aquel hombre que de pequeña se había acercado a ella y le había dicho que su madre no era la persona que ella pensaba y después había desaparecido en las sombras. Pero ella no sabía nada sobre aquella extraña persona, jamás la había vuelto a ver, hasta dos días antes del asesinato, que lo había visto rondando los alrededores de su casa. En un principio no le había dado importancia alguna, hasta que la policía le había preguntado si había visto algo extraño en su entorno, entonces ella lo recordó, pero fue incapaz de dar descripción alguna de aquel hombre... solo recordaba que una larga gabardina oscura y un sombrero del mismo color.

La policía intentó buscar a aquel infrecuente personaje, pero al cabo de unos meses cejaron en la búsqueda al no obtener ni un solo dato sobre él. Le habían dicho a Yakie que no se preocupara, que seguramente aquel hombre había escapado del país y no lo volvería a ver jamás, pero ella no lo sentía así, sabía que el hombre estaba cerca y que volvería a encontrarlo pronto.

Cuando ese día Yakie volvía de su trabajo por el callejón sintió claramente la presencia del hombre y eso la aterró, sintió que algo terrible estaba a punto de suceder, pero no se imaginaba lo que ese hecho cambiaría su situación actual…

Estaba en medio del callejón cuando escuchó un golpe, y se volvió para saber lo que era, pero el miedo que sintió la atrapó dejándola allí paralizada, no era capaz de moverse pensando que algo saldría de una esquina y se abalanzaría sobre ella. Pero de repente sitió una presencia a su lado que le era familiar, esa presencia le daba fuerzas para salir de allí tranquila y feliz.

Cuando Yakie llegó a su casa se sorprendió a sí misma a verse tranquila, feliz y sin ese miedo que la acompañaba desde el día de la muerte de se madre, sentía que aquel hombre jamás volvería a hacerle daño.

Al cabo de una semana recibió una llamada de la policía solicitando que se pasara por la comisaría que tenían que hablar con ella personalmente. Cuando Yakie fue a la comisaría, la policía le enseñó unas fotos de un hombre con gabardina y gorro oscuro que habían encontrado muerto ese mismo día en el oscuro callejón por el que ella pasaba todos los días. En la fotos salía una persona algo difícil de reconocer, debido a la terrible muerte que había sufrido, cuando lo encontraron llevaba muerto alrededor de cuatro días, y parece ser que había sufrido una aparatosa caída en la que había dado un fuerte golpe en la columna partiéndosela y dejándolo completamente inmóvil e indefenso, por lo cual los hambrientos animales callejeros en busca de comida encontraron en él un exquisito majar sin peligro para ellos ya que estaba indefenso y no podía escapar.

Yakie volvió a casa sobrecogida por la noticia pero por fin tranquila y feliz de que el tiempo hubiera devuelto al asesino de su madre lo que el le había hecho a ella.

Ahora trato de protegerla desde donde yo me encuentro, ya que debido a la obsesión y la maldad de aquel hombre no puedo cuidarla y apoyarla desde el que era mi mundo.

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