domingo, 25 de mayo de 2008

5º relato de cuentacuentos

"A mi abuelo"


“Es difícil ver un gato negro en una habitación oscura, sobre todo cuando el gato no está”. Le había dicho su abuelo a Nerea cuando esta era pequeña y estaba buscando a su gato por el fallado.

A Nerea le había venido esa escena a la cabeza mientras ordenaba las fotos, le había venido a la cabeza los recuerdos de su querido abuelo que hacía tantos años ya que se había ido.

Nerea recordaba a su abuelo con muchísimo cariño, lo recordaba alto, con el pelo casi gris del todo, recordaba su cara siempre sonriendo, recordaba todavía las facciones de su cara morena por el sol que lo hacían parecer mas joven de lo que era, también recordaba sus grandes manos, curtidas a causa de su trabajo de pescador, sujetándola para que no cayera al bajar las escaleras.

A Nerea le vino a la cabeza todos los ratos que había pasado a la cabeza y las travesuras que hacía ella cuando era pequeña para poder pasar más tiempo con el, como cuando tenía cinco años y cuando fue con el y su abuela a despedirlo al puerto, ella aprovechando un despiste de sus abuelos se coló en el barco y se escondió debajo de uno de los catres de los camarotes… cuando su abuela se dio cuenta de su falta ya era demasiado tarde para hacer que el barco volviera. Nerea se quedó dormida en su escondite, y cuando se despertó a causa del hambre y salió de su escondite buscando algo de comida uno de los hombres la encontró y la llevó a junto su abuelo que se encontraba en cubierta, le acababan de dar la noticia de la desaparición de su nieta y estaba llorando, pensando que le podía haber pasado algo malo.

Nerea cuando lo vio llorando le preguntó con su dulce voz.

- ¿Abuelo por que lloras? No llores que yo te quiero mucho y quiero verte reír.

Su abuelo al escuchar su voz se dio media vuelta y la abrazó con fuerza dando gracias al cielo por que su nieta estaba sana y salva.

Ahora Nerea recordaba esta anécdota con tanto cariño y tristeza a la vez, deseaba tanto que su abuelo estuviera junto a ella en esos momentos… le hacía tanta falta que no era capaz de parar de llorar…

El lo fue todo para ella hasta el momento en el que se fue y ahora ella deseaba seguir teniéndolo junto a ella, ansiaba volver a sentir su cariño, volver a ver esa sonrisa que tanto le gustaba y volver a oler ese aroma a tabaco de pipa que recordaba de su abuelo.

Cogió de encima de la coqueta la vieja pipa de su abuelo y la llevó a la nariz para intentar recordar ese aroma que hacía ya años había desaparecido. En ese momento entró la madre de Nerea, y al verla llorando la abrazó con fuerza. Cuando la madre se dio cuenta de la causa de la tristeza de su hija le dijo:

- Mi niña, no sigas llorando, tu abuelo estará siempre junto a ti, mañana es un gran día para todos y tienes que estar feliz, tu abuelo te estará viendo donde esté y seguro que cuida de ti.

Y cubriéndola de besos, la abrazó largo rato sin darse cuenta de que ella también estaba llorando al recordar a su padre.

Este relato está dedicado a mi abuelo Candido, que aunque se fue hace ya muchos años, yo sigo recordándolo y queriéndolo como lo hacía cuando todavía estaba aquí. Me hubiera gustado que estuviera a mi lado todos estos años y todavía me sigue haciendo mucha falta. Abuelo te hecho de menos.

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