domingo, 17 de abril de 2011

Cuentacuentos (18/04/2011)

"La complicidad se asomaba a sus ojos, no dejarían pasar aquella oportunidad". Todo apuntaba a que esta vez saldría bien, así que se lanzaron al vacío sin pensarlo. 
La adrenalina se les subió a la cabeza al sentir como caían a toda velocidad hacia el mar, pero ya no había vuelta atrás. Cuando sus cuerpos habían recorrido casi todo el espacio que les separaba del mar, sus manos buscaron de forma instintiva las anillas del paracaídas, pero estos no se abrieron, solo entonces se dieron realmente cuenta de lo iba a ocurrir y el terror llego a sus gargantas dejando salir su último grito. 
Lo último que sintieron fueron sus cuerpos entrando con un fuerte golpe en la fría agua del mar.

6 comentarios:

wannea dijo...

Si, el paracaidismo es otra cosa que no voy a probar en esta vida... pero.. la sensación de mirar por última vez a esa persona y saber que pase lo que pase valió la pena creo que es insuperable

bessos!

Rebeca Gonzalo dijo...

Estoy con Wannea, hay locuras que aún siendo arriesgadas, merece la pena vivirlas sólo por la compañía que elegimos para llevarlas a cabo.

Un abrazo.

Jan Lorenzo dijo...

No creo que fuese capaz de hacer algo así, pero siempre me quedaré con la espinita de intentarlo.

Un momento mágico y trágico al mismo tiempo, aunque quien sabe, a lo mejor el fin de tu relato es el comienzo de algún otro...

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Roc dijo...

Pues yo me he tirado muchas veces en paracaídas y no sé que hubiera ocurrido si alguna vez hubiesen fallado las anillas....
Es algo que se piensa en muchas ocasiones. Además, rara es la persona que le ha gustado este deporte, que no tiene algún amigo que ha muerto practicándolo, pero también he de decir que cuando se siente la libertad y la plenitud, como si todo fuese sólo tuyo. Como si tú fueses el dueño o la dueña del mundo, que es difícil encontrar algo que te haga sentir de forma similar.
Por un momento he pensado que podría haberme pasado a mi leyendo tus palabras.
Un abrazo y a escribir todas las semanas.

Pugliesino dijo...

Muy buena composición de imagen, e iba decir palabras pero cabe también decir sonido, porque con ellas creas esa velocidad rasgando el viento, el terrorífico sonido de las anillas tirando una y otra vez, y el impacto sobre el mar.
Pero nada comparado con ese silencio en esos segundos en que cruzan su mirada.

Me ha encantado, un abrazo

atenea dijo...

Buff! Yo creo que por miedo a que pueda pasar algo así ni siquiera lo intentaría, aunque nunca se sabe... jeje

Buena historia :)

Besos!!